Varios deportistas reflexionan sobre los métodos abusivos en el deporte y posibles formas de desterrarlos.

Las denuncias de las jugadoras de baloncesto Marta Xargay y Anna Cruz, sobre comportamientos abusivos por parte del seleccionador nacional, han reabierto un debate sobre las actitudes en torno a los deportistas de élite, especialmente las mujeres. Es demasiado habitual que mientras los resultados son favorables, se enmudecen los problemas subyacentes. Anna Cruz llegó a afirmar: “No todo vale para ganar y ganar no lo puede justificar todo. Las medallas no pueden salir tan caras”.

Son varias las deportistas internacionales que están evidenciando daños psicológicos derivados de las abusivas exigencias del deporte de élite, caso de Simone Biles o Naomi Osaka. La jugadora de baloncesto australiana Liz Cambage, anunció a una semana de los Juegos Olímpicos, su renuncia por ataques de pánico. Angustias vitales ocasionadas por la presión de la competición y de comportamientos abusivos por parte de los técnicos.

Reacciones del mundo del deporte

Otros deportistas se están uniendo a la denuncia pública. Almudena Cid publicaba un contundente tweet en sus redes sociales reclamando intervención de los organismos competentes para parar esta espiral.

https://twitter.com/almudenacid/status/1425755939718811650?s=20

Amaya Valdemoro, emblema del baloncesto español apuntaba en la misma línea que la gimnasta “Históricamente la mujer no ha tenido la misma voz que el hombre y eso es un problema arraigado también en el deporte. Tenemos más miedo a la hora de expresarnos y eso hace que no marquemos los límites. Necesitamos poder hablar sin miedo”.

Por su parte, José Manuel Beirán, psicólogo deportivo y exjugador de baloncesto, señala el punto imprescindible de partida: “El respeto a la persona no es incompatible con el alto rendimiento y con los resultados”. Señala la prevención como elemento básico, “Deberíamos trabajar en la prevención y contar con profesionales que detecten las señales, pongan en alerta a las estructuras, frenen estas situaciones (…) Deportistas y entrenadores deben de tener herramientas para manejar la presión y la exigencia”.

“Hay que hacer un llamamiento a la valentía y la unión. Dos dan el paso, pero 30 se quedan atrás. Si se sumaran todas, el avance sería gigantesco. Se darían zancadas en lugar de pasos. La falta de respaldo de las compañeras me encoge el corazón” Almudena Cid.

La valentía de jugadoras como Cruz o Xargay contrasta con el silencio de muchas mas deportistas que están sufriendo estas situaciones, pero por miedo a no volver a jugar, pierden su voz dando cobertura a dinámicas de maltrato.

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