El concierto de año nuevo, a medio aforo y sin músicos antivacunas
«Hasta el último momento estuvimos contemplando un aforo de unas 1.800 localidades, todas en butacas nominales que permitieran una trazabilidad en caso de que se produjera un foco de infección», cuenta por teléfono Daniel Froschauer, presidente y concertino de la formación.«Pero hemos descartado esa posibilidad con el único objetivo de poder adaptarnos a tiempo a un posible repunte de la curva epidémica, que desde hace unos días describe una evolución descendente». Y añade: «Aunque somos conscientes de que estas nuevas medidas suponen un desafío logístico excepcional y requieren de un alto grado de comprensión y voluntad de adaptación, estamos muy contentos de poder volver a tocar en presencia de público».
El año pasado, Riccardo Muti dirigió el único Concierto de Año Nuevo de la historia celebrado a puerta cerrada y con aplausos retransmitidos por streaming desde cientos de hogares de todo el mundo. Esta vez será Daniel Barenboim quien se encargue de hacer lo honores en la 82ª edición del concierto de música clásica con mayor difusión mediática del planeta: más de 50 millones de espectadores de casi un centenar de países. «Cuando se hizo público mi nombre para dirigir el concierto de este año, fantaseé con la posibilidad de que para entonces la pandemia fuera ya cosa del pasado», se sincera el maestro argentino a la salida de uno de los ensayos. «Nunca me he tenido por profeta, pero me habría gustado acertar…».
Todos los asistentes al Concierto de Año Nuevo deberán cumplir con la etiqueta sanitaria y exhibir a la entrada del Musikverein el pasaporte Covid que acredite la pauta completa de vacunación (o, en su defecto, un certificado médico de recuperación), una prueba de PCR negativa realizada en las últimas 24 horas y deberán hacer uso en todo momento de mascarillas FFP2.
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