Desde que tenemos que convivir con la mascarilla muchos de nosotros hemos empezado a perder la confianza en los demás.

Numerosos investigadores siguen aportando nuevos datos sobre las marcas ocultas que está dejando esta pandemia. En concreto, cómo está afectando el uso de mascarillas a la población en general, en lo que a comunicación interpersonal se refiere. Algo que puede parecer tan simple como ver la boca de quien nos está hablando y así poder identificar las expresiones emocionales del emisor, nos lo está impidiendo el uso de mascarillas y esto nos está pasando factura.

Varios estudios encargados de analizar el impacto de las mascarillas en nuestra comunicación han detectado una atenuación de la voz; esto se debe al simple hecho de tener que llevar mascarilla, mostrando el beneficio que supone utilizar mascarillas trasparentes que permitan ver la boca del emisor mientras está hablando, pero esto es beneficioso sobre todo en las personas que padecen de discapacidad auditiva.

Además, la Universidad de Trento (Italia) ha determinado en un estudio reciente, que ocultar a los hablantes detrás de una pantalla, negar u ocultar los labios mientras se está hablando detrás de una mascarilla conduce a un rendimiento más bajo y puntajes de confianza de escucha más bajos, además de un mayor esfuerzo y concentración para realizar una escucha adecuada.

En lo que se refiere a “leer las emociones”, la mascarilla ha generado unas puntuaciones más bajas de confianza y de precisión a la hora de reconocer las expresiones emocionales que puedan mostrar los rostros que llevan puestas la mascarilla. Confirmando todo esto, que el ocultar la parte inferior de la cara debilita la eficacia de una conversación.

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